La innovación empresarial en el Perú se ha basado tradicionalmente en el secreto empresarial - intuitivamente y sin demasiado análisis. Entre los años 2010 y 2021, el número de solicitudes de patentes realizadas por peruanos ha sido de tan solo 3,354, sin embargo en ese tiempo hemos asistido sin duda al lanzamiento de un número sustancialmente mayor de nuevos productos y servicios, o de versiones mejoradas o renovadas. ¿Cómo se han protegido los inventos y demás desarrollos inherentes a tales lanzamientos?

En cada uno de esos lanzamientos se encuentra implícito, seguramente, el desarrollo de algún secreto empresarial, ya sea en la tecnología subyacente, en la formulación o en la planificación y diseño, culminando en su lanzamiento.

A lo largo de los años, conforme he tenido la oportunidad de asesorar proyectos de innovación, o de visitar empresas y conocer sus nuevos lanzamientos, he podido constatar como intuitivamente la alta dirección dispone medidas para gestionar la información que considera valiosa, muchas veces esencial para su negocio, usualmente recurriendo a socios y trabajadores de mucha confianza.

Así es como se han venido gestionando los secretos empresariales en nuestro país, como una cuestión de confianza, sin demasiada estrategia o estructura. Pero los tiempos cambian. La movilidad laboral es la regla en nuestros tiempos, las personas adquieren conocimientos y experiencia, que esperan razonablemente llevar consigo a su siguiente empleo o emprendimiento. La digitalización trae consigo mayor facilidad para el acceso a información, para transmitir imágenes y datos a gran velocidad.

No contamos con cifras para medir la efectividad de la gestión de los secretos empresariales en el Perú, porque no se reflejan en registros y son pocos los casos que se litigan. Solamente vemos los casos en los que se produce una infracción, una divulgación, o el uso no autorizado del secreto, y el titular perjudicado decide interponer alguna acción legal. Con frecuencia el titular del secreto elige no tomar acción legal.

Las denuncias por violación de secreto empresarial se plasman por lo general en denuncias por competencia desleal. Con frecuencia este tipo de denuncia fracasa, porque no se cuenta con los elementos probatorios para acreditar la existencia del secreto empresarial, y haber tomado las medidas necesarias para su preservación, salvo que los actos de violación de secreto empresarial sean muy evidentes, como en el caso del expediente 0107-2019/CCD. La violación de los secretos empresariales tiene efectos peyorativos más allá de la parte directamente afectada:

Cuando un tercero no autorizado aprovecha los secretos empresariales de titularidad de otro empresario, desarrolla una conducta que afecta no solo la posición competitiva individualizada del titular de dicha información, sino que introduce un elemento distorsionador que desincentiva la producción de mayor innovación, en detrimento de toda la sociedad. En otras palabras, ejecuta una conducta reñida con el comportamiento que debe guiar el proceso competitivo, incurriendo así en un acto de competencia desleal, en tanto vulnera el principio elemental de buena fe empresarial que guía la regulación prevista en la Ley de Represión de la Competencia Desleal.

RESOLUCIÓN 0127-2020/SDC-INDECOPI

Las violaciones de secretos empresariales también pueden asumir tipos penales o reflejarse en formas litigiosas relacionadas con la propiedad intelectual, por ejemplo, cuando la persona de confianza ha obtenido algún derecho de propiedad intelectual a su nombre. En estos casos veremos oposiciones o nulidades, dirigidas a marcas, patentes, o diseños industriales, que tienen de fondo la violación o el aprovechamiento indebido de un secreto empresarial, pero son casos en los que no existen los elementos de soporte suficientes o las circunstancias para canalizarlo como un caso de violación de secreto emrpesarial.

En este proceso intuitivo de protección de los secretos empresariales una práctica frecuente ha sido la de simplemente catalogar “todo” como confidencial. Se catalogan puestos de confianza y se suscriben acuerdos de confidencialidad, pensando que con estas medidas se logra un manto protector de toda la información a la que acceden los colaboradores.

Pero la clave está en los detalles. No toda la información es confidencial, y dentro de lo que es confidencial, debemos identificar distintos niveles de relevancia, clasificando la información y determinando niveles de acceso así como los niveles de diligencia a aplicar.

Para que los equipos de trabajo funcionen correctamente el intercambio de información es imprescindible, por lo tanto, se clasifica la información y se regulan los niveles de acceso y de protección. La información debe estar disponible para las personas que requieren acceder a ella para el adecuado desempeño de sus funciones.

Es así como en Mertz, desde hace varios años, identificamos la necesidad de las empresas de acceder a un servicio que les permita la correcta identificación y precisión de sus secretos empresariales, que pueda auditar y mejorar las medidas de protección de la confidencialidad de sus secretos, así como la adecuada comunicación a sus colaboradores, tanto internos como externos, y la documentación de las medidas implementadas.

También cobra cada vez mayor relevancia desarrollar estrategias de propiedad intelectual que permitan a las empresas decidir cuándo optar por solicitar patentes y cómo internacionalizar la protección, además de combinarlos con otros tipos de registros que se ofrecen en la propia normativa nacional e internacional, dónde además el secreto empresarial se podría constituir en un elemento fundamental. Además, los intangibles se fortalecen mediante la protección por diseño industrial, los registros marcarios incluyendo marcas no tradicionales como las marcas tridimensionales, sonoras, en movimiento, de posición, de textura, entre otros, y la protección por derecho de autor del conjunto de creaciones artísticas que acompañan el lanzamiento y la promoción de productos y servicios.

Volviendo al secreto empresarial, la combinación más eficiente será la protección mediante secreto empresarial de determinados elementos, estratégicamente seleccionados y diligentemente custodiados, combinado con la protección mediante patente de determinados aspectos técnicos.

Desde Mertz identificamos y gestionamos la protección del conjunto de intangibles en torno a los productos y servicios de nuestros clientes. Para mayor información sobre el servicio de secretos empresariales, solicite una presentación personalizada.

Un secreto empresarial es:

• Secreto, es imprescindible mantenerlo secreto
• Estratégico, ya que con frecuencia encierra la ventaja competitiva del negocio, es lo que te hace diferente
• Comercial; es valioso para el negocio, reviste valor comercial,
• Eterno, no tiene límite de duración en el tiempo
• Transable, puede ser objeto de transacciones comerciales
• Organizado, es un recurso valioso que se gestiona estratégicamente como un activo de la empresa para generar valor

Recetas, fragancias, fórmulas, químicos, compuestos, materiales genéticos, procedimientos, ingredientes, proveedores, son algunos de los ejemplos de secreto empresarial más frecuentes.